ELIE SAAB
FALL/WINTER 2013 - HAUTE COUTURE PARÍS
Visto a distancia, el desfile de Alta Costura otoño-invierno 2012-13 de Elie Saab parece una maravillosa escalera de color: primero los vestidos negros de encaje y pedrería; después la escala de los nude con apliques y detalles orgánicos en dorado; los rosas y salmones; los azules –de los más claros a los más cercanos al verde–; los tonos maquillaje; los color champán y los dorados; y finalmente un impresionante vestido de novia en color champán y motivos vegetales en dorado que resume el desfile en una frase: la atención y la pasión por los detalles.
Elie Saab ha vuelto a ser fiel a sí mismo con una colección de vestidos de ensueño -inocentes pero complicados- de los que solo sabe hacer él: centelleantes, delicados e irisados. Con los detalles de diamantes, lentejuelas y pedrería como protagonistas importantes que dibujan motivos naturales enredados en las telas –muchas de ellas de encaje– y los hacen brillar incandescentes desde que salen a la pasarela.
Largos hasta el suelo o midi, los vestidos portaban todo tipo de escotes –barco, en pico, redondos, palabra de honor, cuello alto... – al igual que las siluetas y detalles –faldas de vuelo, peplums, tubo, con aberturas...– pero siempre con un denominador común: ceñidos en la cintura por un cinturón metálico.
Elie Saab lo ha vuelto a hacer. Una vez más, medio mundo desea una de sus preciadas joyas.
MARINA VALERA, VOGUE ESPAÑA.
"Elie Saab ha vuelto a ser fiel a sí mismo con una colección de vestidos de ensueño -inocentes pero complicados- de los que solo sabe hacer él: centelleantes, delicados e irisados"